viernes, 29 de enero de 2016

OTROS INGREDIENTES USADOS EN COSMÉTICA NATURAL

Ácido azelaico: Indicado para pieles sensibles e inflamadas, como aquellas con rosácea. Este ácido proviene de la cebada, el centeno y el trigo. Se produce de forma natural en estas gramíneas para protegerlas evitando los patógenos de las plantas.Se trata de uno de los ácidos más potentes, por lo que se suele usar en problemas de acné, inflamación y manchas. Actúa como antibacteriano, reduciendo la proliferación de las bacterias en los folículos, previniendo las infecciones y las inflamaciones, los temidos granitos.Aunque es un ácido fuerte, se puede usar en pieles sensibles y muy inflamadas, como puede ser piel con rosácea y acné rosácea, ya que es extraordinario para calmar esta piel. Generalmente se suelen combinar en los casos de rosácea con otro tipo de productos para calmar la piel, en concentraciones del 4 al 20%.Cuando no se sufre ninguno de estos problemas, y sólo se pretende un ácido para mejorar la piel y como acción antiarrugas, es preferible optar por otro tipo de AHA. Además, se utiliza en cremas despigmentantes, ya que este interfiere en la producción de melanina, por lo que se puede usar también en casos de melasmas o pecas. Algunos productos combinan despigmentantes como la hidroquinona a bajas concentraciones con azelaico y glicólico. No tiene muchos efectos secundarios, aunque sí es posible que provoque irritación, quemaduras o sequedad, en altas concentraciones.
Ácido cítrico: Muy antioxidante, da mucha luminosidad a la piel. Es uno de los más conocidos y el más popular, sobre todo sabiendo que proviene de los frutos cítricos, mediterráneos por excelencia. Aunque también puede obtenerse de la fermentación de azúcares por el hongo Aspergillus Niger. Además de usos en cosmética es muy conocido su uso en la industria alimentaria y en la industria cosmética como excipiente o aditivo y no como producto activo, ya que además de aportar el sabor ácido característico, se utiliza para regular el PH. Al igual que los otros ácidos que se usan también como excipiente, aunque en la etiqueta aparezca este componente, no quiere decir que obligatoriamente tenga accion queratolítica o exfoliante de la piel. Sin embargo, la aplicación directa del acido cítrico en la piel actúa como los otros AHA, exfoliando y eliminando las capas mas superficiales. Con ello conseguimos que se vea la piel nueva, dando mucha luminosidad e hidratación a la piel, así ésta se ve más cohesionada. Se puede combinar con minerales, como el aluminio, las sales de citrato de 
aluminio y citrato de zinc, que son muy astringentes, por lo que suelen usarse en pieles acneicas para regular el exceso de sebo.
Ácido esteárico: aporta untosidad y consistencia a las emulsiones.
Ácido ferúlico: Muy antioxidante, captador de radicales libres y protector frente a la luz UV. Este ácido tiene gran capacidad de actuar frente los radicales libres, por lo que tiene una importante acción antioxidante. De forma natural se encuentra en las hojas y las semillas de muchas plantas, aunque especialmente en cereales como el arroz, avena y trigo. También lo podemos encontrar en alcachofas, cacahuetes, naranjas y piña. Al tener la capacidad de neutralizar los radicales libres, ayuda a prevenir el daño del ADN celular y proteger las células, y preserva la piel del envejecimiento. También tiene capacidad de proteger a las células del daño de la luz ultravioleta; cuando se combina la luz ultravioleta y el ácido ferúlico, mejora la potencia antioxidante de este. Al ácido ferúlico se le atribuyen otras acciones vía oral como disminuir los niveles de azúcar o colesterol. En cosmética se suele encontrar en sérum y ampollas antioxidantes, que además incluyen la vitamina C, para potenciar esta acción. Este actúa ayudando a la regeneración lipídica y protectora de la piel, y se recomienda para todo tipo de pieles, especialmente las secas.
Ácido glicólico: es un ácido renovador y 'peeling' por excelencia. Este es quizás el más conocido y más popular de todos los AHA. Usado como antiarrugas y despigmentante junto con otros componentes activos. Aunque el origen es el de la caña de azúcar, de la piña o la remolacha, actualmente su elaboración es totalmente sintética de laboratorio. Se empezó a utilizar en la psoriasis para eliminar las placas engrosadas de la piel hacia los años 70. Como los otros AHA, tiene acción queratolítica. Podemos encontrar productos en las estanterías para uso en casa de concentraciones que van del 4% al 20%. Cuando las concentraciones son más elevadas, hasta el 70%, son solo de uso médico. Suele acompañar tratamientos de despigmentación, ya que elimina las capas más externas de la piel y puede penetrar más internamente. Como se trata de un AHA, va a tener la capacidad de mejorar la hidratación de la piel (para esta acción con una concentración de un 5% es suficiente). Al igual que todos los AHA, ayuda a mejorar la producción de colágeno y que la piel aumente su firmeza. Con este ácido la piel tendrá una mayor capacidad de adaptación, por lo que cuando se usa durante bastante tiempo, la piel se acostumbra. Para mantener este efecto, se necesita aumentar la concentración del mismo. Si se utiliza durante largos periodos de tiempo en la piel más externa parece que no es lo suficientemente efectivo, la piel se vuelve resistente y parece como si la parte mas superficial de la piel se resecara; sin embargo, interiormente no lo está.
Ácido hialurónico: hidratante y reafirmante y protector de la piel. Ácido graso de gran efecto hidratante y cicatrizante. Se encuentra en el tejido subcutáneo y se emplea con gran eficacia en los productos reparadores para combatir las arrugas.
Ácido kójico: Despigmentante. Este ácido es algo diferente a los AHA y BHA. Está producido por especies de hongos, como la penicilina, el acetobacter y el aspergillus. Tiene la capacidad de inhibir algunas enzimas del metabolismo, entre ellas algunos polifenoles, xantinas y aminoácidos responsables de la formación de la melanina. Así se evita la sobreproducción de esta, y en consecuencia, con su uso conseguimos blanquear la piel. Por ello se aconseja usar este ácido cuando hay manchas en la piel puntuales o melasma. En cosmética se suele combinar con otro tipo de ácidos como el glicólico, que al exfoliar la piel mejora esta acción despigmentante, en forma de cremas o de lociones y gotas. Así, este ácido tiene principalmente acción despigmentante. También se utiliza en la industria alimentaria como conservante y antioxidante.
Ácido láctico: se extrae de la caña de azúcar, manzana, etc. Produce un efecto exfoliante, estimula la formación de nuevas células, aclara las manchas y mejora la hidratación dérmica. exfoliante para pieles sensibles. Este ácido es suave, la piel lo admite fácilmente, por lo que será efectivo para pieles más sensibles. Al igual que los otros AHA tiene acción queratolítica, puede penetrar en las capas más internas de la piel, así también puede mejorar la producción de colágeno y elastina. Se puede combinar con despigmentantes, para eliminar manchas solares.
Acido málico: Exfoliante y antiséptico. Este ácido procede de las frutas, como la manzana verde, o del vino. Se utiliza además de en cosmética en la industria alimentaria por su sabor ácido y como conservante. Está en nuestro organismo formando parte de las células corporales. Entre otras funciones, mejora la salud bucal (estimulando la producción de saliva) y el sistema inmunitario. A nivel cosmético, como se trata de un AHA, mejora la suavidad, luminosidad y firmeza de la piel. Es un ácido que podemos considerar “suave”, por lo que es recomendable en personas de piel más sensible. En cosméticos suele estar acompañado de otros ácidos para mejorar su efectividad, como puede ser el glicólico o el láctico. Algunos estudios lo combinan con la vitamina C para disminuir el melasma. Comparando con los otros AHA, éste es más parecido al glicólico en cuanto a sus propiedades de hidratación y exfoliación de la piel.
Ácido mandélico: Mejora la renovación celular de la piel, especial en pieles inflamadas. Su origen son las almendras amargas, tiene gran capacidad antiséptica y antimicrobiana, por lo que también se utiliza en farmacología vía oral. Se trata de otro AHA , por lo que tendrá las mismas acciones de regeneración celular, y estimulación natural de la piel. Ayuda así al igual que los otros ácidos a disminuir las arruguitas finas y es beneficioso frente al fotoenvejecimiento. Este tipo de ácido está especialmente recomendado en personas con manchas por acné y melasma. Ocasiona menos rojeces que otro tipo de ácidos como el glicólico, por lo que se puede usar en piel con rosácea, manchas o inflamaciones e infecciones cutáneas. Se puede usar en pieles especialmente irritadas. En peelings para el acné, se suele combinar con el ácido salicílico, ya que gracias a su actividad antimicrobiana, mejora estas lesiones, aunque se trate de acné por rosácea.
Ácido salicílico: Indicado para pieles acnéicas y con psoriasis. Este ácido es de elaboración sintética aunque la fuente natural es la corteza de los arboles de la familia del sauce. Hay que precisar que el ácido salicílico no es lo mismo que las aspirinas (acido acetil salicílico). Se trata de un BHA (betahidroxiácido).Este ácido es el más apropiado para pieles masculinas resistentes, pieles grasas y pieles acneicas, ya que además de tener la capacidad de penetrar en los poros limpiándolos y “secando” el exceso de grasa también tiene acción antiinflamatoria. La acción de limpieza del poro evita que se acumulen células muertas y exceso de grasa, evitando así la aparición del acné. Aunque como todos los ácidos en alta concentración puede ser muy irritante, y en estas concentraciones solo se recomienda su uso bajo supervisión médica. La acción exfoliante y queratolitica es efectiva ya al 2%. Cuando la piel acneica está ya usando otros productos como el peróxido de benzoilo, podría provocar una especial sensibilización frente a este ácido. Además posee acciones antisépticas y antimicrobianas. Se suele incluir en los productos callicidas y para eliminar verrugas (aunque no en verrugas genitales). En casos de psoriasis, cuando se ha engrosado mucho la piel, se puede aplicar una crema que contenga una leve concentración de salicílico.
Alantoína: suaviza, hidrata y protege la piel. Cicatrizante natural. Se encuentra de forma natural en muchas plantas.
Alcohol Cetílico: Emulgente, emoliente, previene la deshidratación de la piel. estabilizante de emulsiones.
Bisalobol: Cicatrizante, antiflamatorio, alisante.
Caolín: arcilla blanca muy fina originaria de China y que, entre muchas aplicaciones, se utiliza en la fabricación de cosméticos, en forma de mascarillas, por sus efectos desinflamatorios, astringentes y correctores del exceso de sebo. Está indicada para pieles jóvenes y con exceso de sebo.
Centella asiática: Cicatrizante, regenera las capas, estimula la producción de colágeno, anti-envejecimiento, reparador cutáneo.
Cera de abejas: De acción bactericida, forma una barrera protectora que no obstruye los poros, previene de irritaciones ambientales y retiene la humedad de la
piel, gran acción hidratante. Es reafirmante, nutre y suaviza.
Cera lanette (ceateryl alc. Y sodium cetearyl sulfato): Cera autoemulsionante derivada de un mineral, de carácter aniónico para la elaboración de cosméticos.
Coenzima Q10: Hidratante, regula la hidratación de la piel. Tonifica las capas superiores de la epidermis, combate las arrugas y forma una capa protectora sin ser oculsiva.
Escualeno: Emoliente, protector natural. Se absorbe muy bien en la piel.
Espirulina: Revitalizante, muy nutritiva, rica en aminoácidos, vitaminas, sales minerales y proteínas. Protege la dermis, da elasticidad a la piel y previene las arrugas.
Glicerina: Es hidratante activo y humectante, retiene la humedad. Utilizada también en algunas fórmulas como vehículo de la propiedades y fragancias. Lecitina de soja: Aporta elasticidad e hidratación
Miel: Posee propiedades nutritivas, acción antiséptica, cicatrizante y emoliente. Es hidratante, mantiene la humedad, suaviza y nutre la piel proporcionando elasticidad y tersor. Indicada para quemaduras, prevención de arrugas, otorga lozanía y belleza al cabello.
Propóleo: De acción antiséptica, antibiótica y bacteriostática. Es cicatrizante, antiinflamatorio y antihongos. Indicado para el acné, herpes, llagas y eczemas. Por sus propiedades es utilizado en las fórmulas de cosmética natural como conservante natural. 




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